La Virgen de Coromoto, una de las advocaciones marianas más veneradas en Venezuela, tiene una historia arraigada en la fe del pueblo venezolano. Originaria de Guanare, capital de Portuguesa, esta imagen milagrosa se hizo presente hace más de 372 años ante el cacique Coromoto.
Nuestra Señora de Coromoto es la Patrona de Venezuela, apareció el día 8 de septiembre de 1652, ante los indígenas que huyeron hacia la selva, lo que dificultaba la evangelización que la iglesia Católica había emprendido en toda la región.
Un día de 1651, el Cacique Coromoto y su mujer atravesaban una corriente de agua y vieron una Señora de extraordinaria belleza que les dijo en su idioma: «Vayan a casa de los blancos y pídanles que les eche el agua en la cabeza y así poder ir al cielo». Un español llamado Juan Sánchez pasó por ahí y el Cacique Coromoto le relató lo sucedido.
Sánchez prometió regresar en ocho días para bautizar a los indígenas. A pesar de que muchos de su tribu aceptaron el sacramento, Coromoto se resistía, añorando la libertad de la selva y rechazando la autoridad de los españoles.
El 8 de septiembre de 1652, cuando Coromoto se preparaba para abandonar el pueblo, la Virgen se le apareció nuevamente. El cacique intentó atacarla con una flecha, pero la imagen desapareció, dejándole en la mano un pequeño pergamino con su imagen grabada.
En la tarde 11 de septiembre de 1652, Sánchez se reunión con los indígenas y instó al Cacique a unirse a sus compañeros en los actos religiosos. Coromoto se negó rotundamente a esta invitación, llenó de rabie intentó irse aceleradamente hacia su pueblo.
Pero, al llegar a su choza la Virgen vuelve a aparecer de modo visible y corpóreo en el umbral del bohío del indígena. De ella salían rayos de luz que bañaban el estrecho recinto de la choza, tan potente «como el sol de mediodía», según describió Isabel, cuñada de Coromoto.
En el lugar donde la Virgen de Coromoto se apareció por segunda vez al cacique Coromoto, en Guanare (estado Portuguesa), se erige un majestuoso templo: el Santuario Nacional de Nuestra Señora de Coromoto.
Consagrado en 1996 y bendecido por el Papa Juan Pablo II, este santuario se ha convertido en un importante centro de peregrinación para los venezolanos y devotos de la Virgen en todo el mundo.
Restauración
En 2009, la reliquia de la Virgen de Coromoto, una de las más veneradas de Venezuela, fue sometida a un riguroso proceso de restauración. Monseñor Valero Ruz, en aquel entonces Obispo de la Diócesis de Guanare, reveló se pudo comprobar que en el mundo existen solo dos reliquias marianas auténticas y originales: la Virgen de Guadalupe en México y la Virgen de Coromoto en Venezuela.
La restauración de la reliquia fue llevada a cabo por un equipo de expertos altamente calificados, entre los que se encontraban Pablo González, Carmen Díaz y Nancy Morella Jiménez, esta última reconocida por restaurar el Acta de Independencia de Venezuela, donde se reveló detalles asombrosos:
Símbolos indígenas: La presencia de varios símbolos indígenas en la imagen sugiere una profunda conexión entre la Virgen y el pueblo originario de Venezuela.
Ojos realistas: Los ojos de la Virgen, de un tamaño diminuto, presentan características sorprendentemente realistas, como iris, conducto lacrimal y hasta una figura humana en el ojo izquierdo.
Un milagro científico: El papel en el que está impresa la imagen no presenta ninguna absorción de tinta, a pesar de haber sido expuesta a líquidos durante siglos. Este fenómeno desafía las leyes de la física y la química conocidas.
Agua milagrosa: El agua utilizada para limpiar la reliquia presentó un pH neutro, a pesar de su apariencia turbia, lo cual es científicamente inexplicable.
Por Analid Rojas | 800 Noticias.-
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