Cuando muere un niño o un jóven, se va una esperanza pero esa vida,l nos debe doler a todos y a cada uno de nosotros. El hambre de un hombre o mujer mayor, es problema de todos y debemos evitar que ese sea el destino de otros o quizás del mismo destino propio.
Cuando vemos un homicidio de cualquier índole hay que analizar la causa porque la próxima víctima podría ser cercana.
Aunque todos nos debemos cercanía, algo está pasando entre la raza humana. Las cosas malas se volvieron comunes, la actualidad de Ucrania para muchos es cotidianidad y no lo podemos permitir.
Nuestros coterraneos que sufren día a día las inclemencias de estas huidas hacia mejores destinos, nos desgarran el alma pero no hacemos nada. Tan nada hacemos, que somos incapaces de pensar en una salida a todo nuestro mal y tan mal estamos que algo que salta a la vista como la UNIDAD política se ve suplantada por egoísmos personales.
A quien le importa el nombre del abanderado de la UNIDAD, lo fundamental es hacerlo nuestro, es el único remedio para vencer el mal. Se ve simple pero necesitamos enfocarnos en eso, creernoslo y hacerlo posible. Solo depende de nosotros de nadie más, este es un problema nuestro.
Siento que nos está ganando la apatía, todo el mundo quiere una solución pero sin tener ninguna participación. Una especie de jubilación sin haber trabajado nunca.
Eso es una utopía, debemos enfrentar juntos, nuestros problemas, que son muchos, pero se mejoraría un mundo si la participación en las soluciones vinieran de múltiples opiniones y los sentimientos, esos de los cuales nadie habla sean la base de la toma de desiciones.
Porque cuando te da hambre buscas alimentos donde sea, cuando se te va un ser querido, aunque lo entiendas, te duele en el alma. Cada familia dividida, debe ser nuestro tema. Nos debemos involucrar más y más hasta que nos duela y ayudar a sanar a ese país que te vio nacer y donde los sueños son posibles si lo intentamos como en otrora.
Hay mucho camino por delante pero no podemos dejarnos vencer por el pesimismo y las ganas de nada. Mi invitación es a hacer, cada quien lo posible por mejorar, mejorando cada quien construiremos el país que deseamos. Vamos a intentarlo, venzamos la desesperanza, estructuremos equipos y realicemos planes para mejorar lo presente, desde lo poco pero con firmeza.
Desde nuestra trinchera y desde lo cotidiano, a mediano plazo, comenzaremos a ver los resultados esperados. Si lo logramos, esa energía será contagiante, enamorará a más personas diariamente y más temprano que tarde, veremos resurgir un nuevo ímpetu del venezolano.
De nosotros depende, de nadie más, depende única y exclusivamente de nosotros.
Tenemos que entender que para generar esa ansiada esperanza, debemos construir confianza desde lo interno, creernos que es posible un acuerdo entre la gente normal, los comunes y corrientes, quienes en realidad somos el país existente. Cada Venezolano en esta cruzada, para el rescate de país, debe saber a ciencia cierta su rol, esto último, es fundamental para confiar en nosotros mismos para entenderla como un todo. Una especie de sistema cronológico, necesitamos la exactitud y el engranaje de un reloj.
Esa confianza desde lo llano de nuestra gente, será la energía que nos impulse para la realización de la tarea pendiente.
Venezuela ha luchado contra muchos males. No es momento de recordarnos los males pasados, lo pasado ya no lo podemos cambiar, tomemos esa experiencia para avanzar en la construcción de esa patria que anhelamos, somos la materia prima de esta gran empresa.
Venimos de libertadores de grandes hombres y mujeres, estamos creados de buena manera, por unas extraordinarias mujeres. Nuestros padres, forjaron la democracia y seremos los encargados de restituirla, desde lo civil, acompañando al líder o a la líder que resulte electa.
El objetivo lo tenemos claro, las ganas están intactas, el compromiso lo estamos creando a través de la construcción de la confianzapara nunca perder la esperanza.
Venciendo la apatía, estamos avanzando hacia el sueño de muchos.
¡Adelante!
Por: Pedro José Álvarez Chirinos.-
http://www.diarioelinformante.com.ve/2023/06/apatia.html
COMENTARIOS