DespuĆ©s de mucho tiempo vuelvo a escribir mi columna, me motiva hacerlo por la partida de un buen amigo, quien inclusive fue el quien me impulso a que escribiera, porque siempre me decĆa, que habĆa que hacerle ver a la gente lo que uno sentĆa plasmĆ”ndolo en la escritura. JamĆ”s pensĆ© que volverĆa a publicar un trabajo y sobre todo dedicado a quien me inspiro hacerlo; Juan Perera Montes de Oca.
El domingo comenzaron los preparativos ya todo estaba listo pues se anunciaba la llegada de un personaje, lo esperaban con mucha alegrĆa con bombos y platillos como a Ć©l siempre le gustaba que lo recibieran cuando llegaba a cualquier sitio.
El Dr. Domingo Perera se encargĆ³ de traerlo y de inmediato le dijo a Jorge Dixon GonzĆ”lez tĆŗ vas a anunciar su llegada. Ya todos estaban listos, entre los invitados estaba Chus Montes con sus anticipados chistes para esa gran velada, el Bachi Quintero ya estaba sentado junto a otros amigos con su peculiar risa y Juan Franco que lo miraba como diciendo con su original tono de voz y habitual pronunciaciĆ³n: Estas muy contento Bachiller porque viene Juancho, que seguro desde aquĆ le van a hacer barra al Torrellas.
Iba feliz porque marchaba al encuentro con tus otros amigos de esos con los que a ti tambiĆ©n te gustaba compartir y que ademĆ”s estaban en tu lista buena. En horas de la Noche de ese domingo 19 de noviembre se abrieron las puertas del cielo y aquella voz que fue contratada para anunciar tu llegada se escuchĆ³ fuerte y clara ¡Bienvenido Juan Perera! era Jorge Dixon GonzĆ”lez, de pie aplaudiĆ³
Omar GonzĆ”lez “El repollo” seguido por los antes mencionados y muchos mĆ”s que esperaban su arribo. El cielo se puso clarito, brillaba una luz que se suponĆa eran donde celebraban su llegada.
AquĆ nos dejaste Juan Perera anĆ©cdotas y las tres listas que jamĆ”s quisiste que Frank Montes, Franklin PiƱa y yo publicĆ”ramos pero que cuando la comentĆ”bamos estĆ”bamos seguro de que te gustaba porque tu disimulada sonrisa lo decĆa todo.
Y por respeto a ti no voy a dar detalles en este escrito de cĆ³mo son esas tres listas de amistades que dejaste, lo cierto es que los dos antes mencionados y mi persona estĆ”bamos en la lista buena,
segĆŗn tĆŗ lo has dicho. La vaina es Juan Perera que vamos a extraƱar tu presencia por la calle Torres en tu acostumbrada visita al Paramo, al Platanal o el domingo sentado en la esquina de la BolĆvar Con calle San Juan esperando a Danielito para ir a comer un mondongo. O simplemente cuando caminabas o te parabas en cualquier esquina a esperar una cola para para ir alguna parte.
Te despedimos como estoy seguro te gustarĆa que te despidieran recordando tus cuentos con unas cervezas bien frĆa cocuy cigarros en el Ćŗltimo sitio que frecuentabas “El Platanal”. AsĆ era Juan Perera sencillo, bueno, honesto, y simpĆ”tico con que Ć©l querĆa. Juan Perea fue el Ćŗnico Godo CaroreƱo querido por todos los extractos sociales.
Ya no diremos ahĆ va Juan Perera si no serĆ” en toda conversaciĆ³n como decĆa Juan Perera. No te voy a decir que descanses en paz porque sĆ© que estas feliz. Y tambiĆ©n huyĆ©ndole a los regaƱos de tu hermana Elvirana Perera que seguro tambiĆ©n te recibiĆ³ con un abraso y un beso. Hasta luego Juan Perera, hasta luego amigo.
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